D’Paso: Una familia, una tradición, una experiencia de peruanidad
Por: Cecilia Portella M.
Una pasión, cuatro pasiones en una, no sé de qué forma se puede llamar a la entrega, al amor, a la dedicación y cuidado, a todo aquello que da como fruto, un producto bien logrado y que tiene involucrada a toda una familia.
Cuando recibí la gentil invitación al Restaurante D’Paso, pensé en un restaurant campestre con zonas para la recreación, ya que el lugar (Mamacona), así describía la tarde. Se me hizo hincapié en que veríamos un show con caballos y me entusiasmó la idea, pues he visto caballos bailando muchas veces y me causan una mezcla de ternura y admiración.
No imaginé, al llegar al lugar, que tan solo el corto viajecito, me abstrajera del bullicio contaminante de Lima, por la carretera hacia el sur, girando a la izquierda justo a la entrada de Mamacona, allí mismo, encontré más, mucho más de lo ofrecido.
Un ambiente de restaurant muy bien dispuesto, al centro una gran barra, que augura los mejores momentos, alrededor mesas amplias para grupos “interesantes”, familiares, o los que prefiramos. A un lado del salón, el buffet, que no solo sale de la cocina de D’Paso, sale sobretodo del bien logrado afianzamiento de su cocinero principal, una experiencia que tiene en sus genes, gracias a la sazón norteña de su cuna, la escuela de productos bien tratados de Chile y la habilidad de fusionar la cocina mediterránea y tailandesa con una propuesta a la carta y gran solvencia en la creatividad. Eduardo García es quien dirige la cocina de D’Paso y es quien sorprende con su sencillez y buena propuesta.
Platos criollos, danzas del Perú en el salón, piscos salidos de la barra, brindan un especial ambiente de peruanidad a propios y extraños que tienen el buen gusto de elegir a D’Paso como el lugar donde pasar el día.
Y el plato de fondo no se hace esperar, aquí la pasión de la que hablábamos en líneas anteriores, se concreta en los apellidos de la familia, que se hacen uno, gracias a la forma tan particular de haber enlazado las habilidades de cada integrante, en el lomo de un generoso caballo, sea esta, yegua o potro, como bien nos lo explicó Antonella, la hija menor de la familia Navarro Falcón; Campeones Nacionales y expositores de la Marca Peru, quienes cultivan el arte de familiarizarse con el caballo peruano de paso y rescatar de esta especie, la nobleza y la elegancia, que lo caracteriza.
No solo las figuras que estos caballos realizan, son el atractivo principal; es en realidad, lo que va detrás de ello, el contexto de simbiosis, la complicidad de los movimientos, la música netamente peruana, la habilidad de Jorge, Patricia, Giorgio y Antonella, que junto al equipo que los acompaña, los vemos danzar marinera, danzas negras, costeñas y coreografías que nos dicen que nuestra cultura es inacabable.
No podíamos cerrar la tarde, sin antes tomarnos unos chilcanos, y conocer cada rincón que atrae y enamora a los visitantes, que como yo, deseamos volver a vivir la experiencia. Todo lo que decora, lo que se engrana y lo que exhibe D’Paso, nos habla del caballo peruano con estas características, que en su andar particular, forma parte de la Marca Perú, aquella, que estamos en la obligación de promover. Fui D’Paso… pero me quedé “un rato más”.
El Dato: Para confirmar asiento, llamar a los teléfonos, 4450567 / 248 3135 / 946164121