Desnutrición y alimentación: Dos caras de la misma moneda
Como cada 16 de octubre, recientemente se celebró el Día Mundial de la Alimentación para incentivar que la población tome conciencia sobre la desnutrición que existe en el mundo y a ejecutar acciones para revertir esta realidad. La empresa de consumo masivo San Fernando resalta que el problema alimentario no solo se refiere a buscar soluciones contra el hambre, sino también, a mejorar la calidad de los alimentos, los cuales deben tener nutrientes fundamentales para el organismo como las proteínas, que son de origen animal como las carnes y de origen vegetal, como muchas verduras.
Para mantener una buena alimentación se necesita a las proteínas, además de los carbohidratos (que ayudan a obtener energía) y las grasas. Las proteínas de origen animal son mejor absorbidas por el organismo con relación a las de origen vegetal. Se encuentran en las carnes como el pollo, que es la más popular en las mesas de los peruanos, pavo, cerdo, vísceras de res y/o pollo, carne de res, pescado, así como en huevos, lácteos y otros productos elaborados a base de estos.
A continuación, San Fernando resalta tres beneficios de consumir alimentos con proteínas:
- Fortalece el sistema inmunológico. Contribuye a la rápida generación de tejidos y el fortalecimiento de las defensas del cuerpo contra las infecciones. Un sistema inmunológico fuerte tendrá menos probabilidades de contraer enfermedades.
- Brinda sensación de saciedad. Consumir la cantidad adecuada de proteínas impulsará a no picar otros tipos de alimentos como grasas poco saludables o dulces. Ayudará a evitar el aumento de peso y hambre emocional.
- Es motor de las actividades diarias. El cuerpo requiere de una cantidad importante de proteínas todos los días para que ayude a combatir la fatiga. Es necesario que los niños consuman un promedio de 1.3 gramos de proteínas por kilo de peso, mientras que los adultos, 1 gramo por cada kilo de peso al día.
La desnutrición y la anemia son grandes males que afectan principalmente a niños menores de cinco años en el país, de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2018. Pese a que la desnutrición registró una reducción sostenida desde 2004, otro panorama se tiene con la anemia, la cual se mantiene elevada y no se redujo significativamente en los últimos cuatro años. Asimismo, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 113 millones de personas en el mundo sufrieron hambre en 2018.